lunes, septiembre 14, 2009
Mundos diferentes
Nuestra siguiente excursión consistió en otro fin de semana rodeados de la naturaleza al lado de un parque natural con unas cascadas muy famosas, de aquí viene el nombre del camping "The falls".

Durante mucho tiempo mantuve una duda en mi mente que cada vez me tenía mas intrigado. ¿Como narices llamas por teléfono al número 00017-THE FALLS?. Bueno... aunque supongo que muchos ya lo sabréis, es algo que tengo que compartir con toda esa gente que al igual que yo, no hacen mas que preguntarselo.

Pues bien, aquí va la respuesta... Los teléfonos americanos, el aparato con el que llamas, tienen letras (como los móviles), desde posiblemente antes de la existencia de estos. Como la superficie en Canadá es tan inmensa, la arquitectura de la red telefónica no tiene nada que ver con la española, pero si con la europea, con lo que imaginaros en España una red en la que cada provincia tiene su propio prefijo internacional (2 números mas), y que al estar realizando una llamada al extranjero, se requiere de otros dos 0 al comienzo.

Al final tienes un chorro de números por provincia, en la que puede que no haya mas que una ciudad o un par de pueblos (como se da en las zonas nórdicas), que para facilitar su memorización, cambian el número por cualquiera de las tres letras que la tecla contiene, con lo que el número anterior se convertiría en el... 00017-843-32557.

-Otro gran enigma descifrado para la humanidad del otro lado del mundo-.


Como no queríamos que nos ocurriese la misma peripecia de la vez anterior, llamamos para asegurarnos de que no existiría ningún tipo de problema al llegar. La desgracia fue que coincidió con un fin de semana, y como estábamos en temporada baja no había nadie en la oficina. Igualmente pensamos que no por ello debía de estar cerrado el parque.
-En fin... es un parque natural, ¿como puedes cerrar un área de no se cuantas decenas de kilómetros cuadrados?-.

Aun con la tienda de campaña llena de barro y los trastos del viaje anterior, llenamos el coche y partimos hacia el norte a una nueva aventura.

El viaje duro un par de horas, pero aun siendo largo, todos aquellos paisajes te acortaban el eterno viaje por carreteras en obras.

Al llegar a la entrada del parque nos encontramos con la puerta abierta, pero como viene siendo costumbre en ese país, ni dios en la taquilla... pero... -¿que cojones es esto? (pregunté).
Justo al lado de la caseta nos encontramos con un muñeco de metal, al cual no dude lo mas mínimo en nombrarle "The Tin Man", la versión original del nombre "El hombre de hojalata" del Mago de Oz.

Este monigote de metal sostenía un cartel en sus manos, que muy a mi sorpresa expresaba paso a paso como obtener un sobre, depositar 30 dolares en su interior y con ello pagar la entrada honrando al sistema de honor.

Mire a un lado, mire a otro... -yo no veo ninguna cámara, ¿están de broma no?-.

El sistema de honor canadiense, donde un panadero en la mañana de domingo decide sacar sus barras de pan a la puerta y un cestito con el mensaje "coge un barra y deja 1 dolar".

Aunque mi picaresca española no hacia mas que gritarme por ambos lados, -no dejes un duro y asomate a ver si alcanzas uno de los sobres-, mi buena compañía y mi interés por acostumbrarme a sus "normalidades" me hicieron sacar los 30 dolares y echarlos en el buzón.

-Solamente por eso deberían nombrarme Santo-.

Escrito por javi a las 8:31 p. m. - Ver comentarios

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