lunes, abril 28, 2008
Tallin
Un nuevo pais, un barco, 110 erasmus y un viaje de 15 horas protagonizan esta historia.

Ha pasado casi un mes desde este viaje, y debido a que tengo la cabeza en dios sabe donde, y que por alguna extraña razón esta mañana me he encontrado una bolsa de pan bimbo, de la que salian seres vivientes nacidos en una mini selva amazónica de moho, me ha venido el recuerdo y he decidido compartirlo con vosotros.

Como todas las grandes historias empiezan... Todo comenzó un bonito día de primavera en los muelles de Estocolmo.
Nos encontrabamos en la pasarela del barco "Romantika" que nos llevaría a Tallin - Estonia, a todo el grupo de Erasmus.
El viaje consistia en 15 horas de ida, 8 horas en la ciudad de Tallin y otras 15 horas de vuelta.

El barco... os podeis hacer una idea... un crucero de 7 pisos con todo tipo de lugares para el ocio, tiendas, restaurantes, discoteca, bares, gimnasio y hasta un pequeño helipuerto en la parte superior del barco, justo al lado de la terraza.

Es inevitable el llegar al barco, subirte a la terraza y junto con alguno de tus amigos ponerte en el culo del barco y hacer la tonteria del Titanic, como no... habia hasta cola para hacerlo.

Nuestro camarote... muy acogedor, se situaba en la planta 5, donde basicamente se encontraban casi todos los erasmus.

A las 5 de la tarde, ya montados en el barco y esperando a que partiese a eso de las 6, teniamos preparado un buffet libre en el restaurante del barco. Este buffet consistia en todo tipo de comida que por supuesto, no te has podido permitir en los meses anteriores, con lo que uno, dos, tres y hasta cuatro platos mas sus respectivos postres a base de helado, caramelo, gominolas y todo tipo de frutas, fue a parar a nuestros estomagos.

Ya por fin, casi 2 horas mas tarde de comer como cerdos, comenzaba la fiesta.
-¿Que tiene un barco de estas caracteristicas tan especial para que sea un gran viaje?-. -Pues muy sencillo...-. Si vives en Suecia, una botella de ron, ronda los 35€, mientras que en un barco de este tipo, con su respectivo "Dutty free", puede costar alrededor de 20€.

Cada erasmus con su botellita y tropecientas latas de refrescos, comenzaron la fiesta en sus camarotes que terminaria repartiendose por todos los pasillos del barco. Ese es el momento en el que saltan las alarmas y los guardias del barco comienzan su propia persecucion a la caza del erasmus.

Empiezan a pasar las horas, la gente comienza a estar feliz y por un momento te puedes imaginar una sección del barco, como el tipico terrario - hormiguero, que al moverlo de un lado para otro, las hormiguas se tambalean y caminan en ninguna direción concreta.

Una fiesta de estas caracteristicas te abre muchas puertas a la hora de conocer gente y como no... de que ocurran cientos de anecdotas que contar a la mañana siguiente... pero como todo erasmus sabe y firmado queda en el gran libro de las leyes del erasmus -todo lo que aqui suceda es tuyo y solo para ti, guardalo y que no salga de aqui-, con lo que eso es todo lo que puedo decir...

12 horas mas tarde... y en un estado casi catatonico, decidimos irnos a dormir con la mala suerte, de que los camarotes andan equipados con un equipo de audio através del cual te informan de la situación del barco cada 10 o 15 minutos.
Estos informes, se basan en 3 pitidos consecutivos, y la siguiente voz de algun "hijo de la gran..." que te dice la temperatura ambiente, si el barco se mueve un poco, la situacion de su hijo en el colegio y hasta las anecdotas que le han pasado al capitan del barco, con lo que tras aporrear la tele pensando que le habiamos dado al mando y volvernos locos sin encontrar el maldito volumen, caimos casi muertos hasta que 3 horas mas tardes y el "volvemos a mentarle a la madre que le pario" comenzo a chillar diciendo que ya habiamos llegado.

Os podeis imaginar el panorama, de los 110 "espartanos" que habian partido de Estocolmo, a penas 60 paseaban por las calles de Tallin, con ojeras, cara de pocos amigos y alguno que otro con un estomago un poquito rebelde.

Tras hacer unas fotos y tomar un zumo en la plaza del pueblo, nos dispusimos a comer en un bar que un integrante de nuestro grupo conocia de una excursion anterior.
-Madre de dios, que chuleton mas bueno-.
Alla iba el filete entre pecho y espalda y su jarrita de cerveza para asentar el cuerpo y ya que no teniamos mas que 8 horas y llevabamos 6 sin saber donde parar, volvimos al barco a sobar.

Cuando comenzó a acercarse la hora de volver a Estocolmo, el cabronazo del microfono comenzo a chillar "bin bin bin bin bin bin bin bin bin BIIINGOOO", lo que hizo despertarnos y tras una cena mucho mas ligera, rematar el poco ron que nos quedaba y repetir la historia de la noche anterior. Eso si... ya con las ideas mas fijas y a lo bueno conocido.

El viaje de vuelta os lo podeis imaginar... varios autobuses repletos de gente durmiendo, el viaje en bicicleta hasta mi residencia y el siguiente dia durmiendo sin pausa...

Toda una experiencia que quedara grabada en un bonito recuerdo.
Si tengo tiempo editare añadiendo algunas fotos.

Escrito por javi a las 11:14 a. m. - Ver comentarios

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