jueves, agosto 27, 2009
Carreras de coches
Tras varios días de reposo decidimos cambiar un poco y seguir con los viajes, con lo que esta vez nos fuimos a las orillas del lago Hudson.
Por allí la gente en verano no se marcha a las playas o a otros paises, supongo que además de que todo les pilla lejos, ya tienen demasiado por conocer en su propio pais como para ir a otro, con lo que la gente se desplaza a los campings o parques naturales.

Allí proliferan los parques de trailers y carabanas, y como no, ella disponía de uno en medio de un parque natural (esto si que va a ser divertido).

Esa misma mañana preparamos el petate, la nevera y nos fuimos para allá.

Aunque he dicho que la gente no se mueve a las playas... bueno, no se mueven a las playas del mar, pero ya que los grandes lagos son tan extensos, estar en su orilla es como estar en la playa del Mediterráneo.
Resultó que justo al lado del parque natural esta el pueblo de Grand Bend, una zona totalmente veraniega donde la gente va por las calles en todo terrenos descapotables y ves a la gente en bikini y todas las tiendas rollo paseo marítimo.
Por un momento me sentí como en American Pie 2, cuando los chavales llegaban a la casa del lago.

Pasamos la mañana de paseo y toda la tarde por los alrededores y ya de paso conociendo algunas amistades.

A la mañana siguiente nos levantamos con intención de pasar el día en las carreras de coches. Justo al otro lado del parque había un circuito de velocidad, donde estos coches larguísimos con dos ruedas gigantes corren en una recta para ver cual alcanza mas distancia.
Resulto que no solo había coches de estos, si no que se echaban carreras con coches gigantes tuneados, motos de nieve tuneadas y todo tipo de vehículos que se pudiesen tunear. Solo eché de menos el típico tiranosaurio mecánico de los Simpsons que sale comiendose los coches.

Una agradable mañana viendo todo tipo de coches y por la tarde ronda de cervezas, helado, barbacoa y atardecer alrededor de la fogata.

Creo que podría acostumbrarme a esto.

Escrito por javi a las 8:15 a. m. - Ver comentarios

jueves, agosto 20, 2009
Living in Canada
Tras el viaje y algún día de descanso, comenzamos a invertir el tiempo en hacer lo que vienen llamandose "cosas típicas".

Con lo que aquel día decidimos ir al cine y luego a cenar.
Es curioso el tema de los cines, para estar en una de las ciudades mas grandes en las cercanías de Toronto y para ser uno de los paises que mas películas producen o actores tienen en la gran pantalla, son bastante pobres y nada mas que tienen un par de salas. Supongo que es imposible poner una media de 10 salas por pueblo con las distancias que los separan.

Decidimos ver "Hangover". Para los que no sepais inglés, está pelicula ahora de estreno en nuestros cines, se llama "Resacón en las Vegas" (o algo así).

Cuando era mas jovencillo y empezarón a proliferar las películas en DUAL (con dos idiomas, español e inglés), siempre fuí muy reticente a escucharlas en versión original. -A mi no me gusta leer-, solía decir.
Una vez empiezas a conocer el idioma y haces el amago de ver tu primera película en versión original, es cuando te das cuenta del destrozó que suelen hacer los dobladores, quitándole toda la originalidad a la película. Con lo que aquí os mando el consejo de hoy -ver las películas en su idioma nativo, y aprende-.

Allí estaba, en medio del cine viendo aquella comedia en su idioma original y con mi cubo de casi 2 litros de coca-cola (serán brutos). Pues como que esto va a estar divertido. Entendí casi un 90% de la película, de lo cual me sentí muy orgulloso (tampoco es una de estás películas donde sea necesario entender todo a la perfección).

Trás unas risas con la película y salir del cine meandome vivo, me enteré de que en varios sitios de Canadá (incluyendo los cines), te rellenan los vasos si quieres -¡GRATIS!-. Pues ya lo que faltaba. La próxima vez me compro el pequeño y salgo a rellenarlo cada dos por tres.
Con lo que ya saliendo por la puerta, recargué mi cubo de nuevo por si acaso (me mueero).

Estuvimos dando un paseo por la ciudad donde la gente corria por todas partes y todo sea dicho, donde pude descargar la presión acumulada (peeerdoooon); una mujer corriendo por allí, un hombre por allá, ¡todo un maratón viene hacia nosotros!.
Tienen la mentalidad y son conscientes (tanto ellos como nosotros), de que comen fatal y el modo de compensarlo no es comer mejor, es salir a correr de vez en cuando, de tal modo que quemas lo consumido. Supongo que deberían de pararse a echar números y tener en cuenta de que si comes 3000 kcal en un día, que contienen mas de un 25% de grasas, tendrás que pasarte casi sin comer 3 días y corriendo a todas horas para poder quemar lo consumido.

Tras el paseo y sin mucha hambre, nos fuimos a tomar un helado.
Ojito con las heladerias. Según entras te encuentras con una barra con 200 tipos de helado y 300 tipos de cositas para decorarlos (galletas, chocolatinas, crispis, frutos secos, frutas, etc, etc, etc.).
Tu pides tu helado, cogen una cantidad (bsatante grande) y lo echan sobre una mesa congelada donde le dan vueltas y lo medio baten con el añadido que tu quieras.
Buah, que rico mi helado de crema de no se que con chocolatinas (sigamos jodiendo la dieta mediterránea).

En conclusión, otro gran día de mi vida en Canadá.

Escrito por javi a las 8:08 a. m. - Ver comentarios

viernes, agosto 07, 2009
Tengo haambree
Tras despertarme con los ladridos del perro que no mide mas de 30 cm de alto, salí al salón donde estaban sus padres viendo la tele.
-¡Oh no!-, ella todavía no se había levantado, así que decidí establecer mi primera conversación en solitario con lo que me acomple en el sofá.

La televisión estes donde estes no cambia, es la misma mierda, programas de cotilleo, anuncios a tutiplen y programas basura que no valen nada. Aquello me hizo sentir como en casa.

Una vez se levantó y con mi estomago pegando gritos de hambre, preparamos el desayuno. Aunque en España nunca tome desayuno, allí me estaba acostumbrado y oye, que cosas mas ricas. Preparamos un zumo de frutas silvestres (arandanos, frambuesas, fresas) y un pozo de zumo de naranja. -Esto esta de miedo-.
Para acompañar unas galletas de Suecia que me lleve del Ikea y unas tortitas con nata y chocolate. -Me voy a arrepentir cuando vuelva a España-.

El día se pasó lloviendo con lo que decidimos pasar la mañana dando una vuelta en los alrededores. A la vuelta, con mucho hambre de nuevo y casi las 3 de la tarde, esperaba entrar por la puerta olieando algo rico de comer cuando... -¿que hay de comer?-. Y nadie dice nada.

Tras insistir un par de horas di por hecho de que no se iba a comer, por la razón que fuese, así que me estuve arrastrando hasta las 7 de la tarde que dijeron de cenar.
-Oye a mi lo del desayuno gigante y lleno de grasas me mola, pero... ¿que pasa, que aqui no se come al medio dia?-.

Parece ser que todos los americanos son muy vagos para cocinar, con lo que al menos que no te prepares algo tu mismo, dejan pasar el tiempo hasta que llega la hora de la cena, para sacar cualquier cosa congelada, meterla al horno y marchando.
Como no estaba por la labor de mandar mi dieta a la basura (dejando a un lado los excesos), decidimos hacer la cena y preparamos un poco de pasta.

Tiene narices que tengas que ir tu para que coman.

Escrito por javi a las 1:02 p. m. - Ver comentarios

jueves, agosto 06, 2009
Los suegros
El viaje había llegado a su fin y era hora de dar el siguiente paso, conocer a su familia. Tras muchas conversaciones entre ellos y buenas estimaciones había caido bien, pero ahora era el momento de demostrarlo.

El viaje de vuelta fue eterno y según nos ibamos acercando mas nervioso estaba.
Por suerte en el desayuno de aquella mañana, otro típico desayuno a base de bacón, huevos revueltos, cuatro tostadas, dos cuencos llenos de frutas tropicales, un yogurt, un café, un zumo, 4 magdalenas y un puñado de crispis, me había saciado lo suficiente como para que me entrase la modorra y fuese medio dormido.

Una vez salimos de la carretera seguidos por el GPS, nos saco por otra carretera que no conociamos, cuando... -¡ostias!-, comienza a gritar, -¿pero que paaasa?-, -¡una rotonda!-. Aunque esto suene de lo mas absurdo en un blog en español, tengo que explicar que cuando estabamos en Suecia y recogí a sus hermanas en el aeropuerto, nada mas salir a la carretera se quedaron pasmadas mirando "su primera rotonda", lo cual vino seguido de la pregunta -¿como narices funciona esto?, ¿y como sabes cuando tienes que entrar?-.
Aquella conversación había tenido lugar un año antes, con lo que mi vaga explicación había caido en saco roto y sin frenar y mirar a ninguna parte, nos precipitabamos cual bala hacia la dichosa rotonda.

-¡Vamos a morir!-. Aquellas palabras estaban formando demasiado a menudo parte de mi vocabulario en inglés, lo cual no me resultaba del todo agradable.

Casi subiendonos en la rotonda y con un bordillazo en los bajos a una media de 80km/h, cruzamos la rotonda como dos malditos condenados en una persecución. -Gracias a que no había ningún coche-. Supongo que como nadie sabia como funcionaba nadie pasaba por allí.

Empezamos a pasar granjas al puro estilo Smallville y cultivos, cultivos y granjas, algún campo de extracción de petroleo y mas cultivos. La verdad... es increible el ver un cuadrado de arboles entre cultivo y cultivo e imaginarte la cantidad que han tenido que talar. -Increible-.

Pasada la cuadricula dichosa de carreteras, por fin llegamos a la que nos conduciría a su pueblo.

-Y esto es Lucan-. Miro a un lado, nada, miro al otro, un tractor oxidado del siglo XIX. -Pero si aqui no hay casas-. Cuando entramos en uno de estos pueblos americanos americanos, con sus casas bajas, fachada de ladrillos y fondo de madera.
-¡Estamos en el oeste!-. Si no hubiese sido porque estaba lloviendo y los cultivos estaban verdes, habría jurado ver a Clint Eastwood con su poncho y su sombrero sentado al lado de la tasca.

Dejada la calle central, nos adentramos en el como no, típico barrio americano, con sus casas gigantes, sus grandes terrenos de cesped, el buzón en la acera y una calle tan ancha como para albergar a 4 carriles.
-¿Eres de familia rica y no me lo habias dicho?-.

La bienvenida fue genial. Aun sin hablar el inglés perfecto, no hubo en ningún momento algún tipo de problema, y ya que a sus hermanas las había conocido en Europa, todo fue mucho mas facil.

-Hemos preparado una barbacoa de bienvenida-. -¿Barbacoa?-.
Trás las dos cajas de donuts de los días anteriores y tantísimas cervezas como llevariamos en el cuerpo, aquella tarde y toda esa montaña de carne serían el desencadenante de un aumento de peso exponencial.
-Un día es un día-.

Escrito por javi a las 8:58 a. m. - Ver comentarios

miércoles, agosto 05, 2009
Las cataratas del Niagara
Seguíamos con nuestra racha de buena suerte y seguía estando soleado, con lo que aunque nuestro hotel estaba un poco alejado del centro, decidimos salir a pasear y aprovechar de tan buena mañana.

Según ibamos cruzando calles y pasando solares, llegue a la conclusión de que el pueblo de las Cataratas del Nigara ha debido de surgir a partir de las cataratas y con idea de turismo, ya que todos los establecimientos eran tiendas de recuerdos o restaurante y la mayor parte de los edificios (por no decir todos) eran hosteles y hoteles, nada de viviendas o fabricas.

Desde toda la zona se puede ver asomar la torre de las Cataratas del Niagara, llamada Skylon Tower. En lo alto de esta, se encuentra un restaurante giratorio desde la que puedes ver el lago Ontario, el Niagara y como no las dos cataratas, y todo el pueblo de la parte americana y de la parte canadiense.

Al aproximarte al centro puedes empezar a escuchar la caida del agua y ya en el horizonte por encima de los arboles puedes ver la nube de agua que se produce por la caida del agua.

-Ojooo, que pasada-. Las cataratas son impresionantes, aunque tengo que decir que lo que es el Niagara... da bastante asquito.
Para que os hagais una idea, imaginaros un lago que en un lado tiene un precipicio. En medio del precipicio, en la parte alta, hay una isla (parte del pueblo americano) y el corte que pega la isla, produce las dos cataratas que caen en el precipicio, desde el cual comienza el rio Niagara.

En el río puedes ver los barquitos que se acercan hasta el pie de la catarata mas grande (la canadiense) y ves como desaparece bajo la nube de agua.
Como no, es muy sencillo el imaginarte el barco en apuros y Superman volando en los alrededores salvando a todo dios, "ese si que era un super heroe".

Tras pasar por otro Tim Hortons y cargarnos con otra caja de donuts (que viva el colesterol), nos fuimos a caminar por la calle mas famosa de las Cataratas. Esta calle, que sube una colina, esta totalmente ambientada con atracciones y edifios extraños (museos de cera, casas encantadas, los famosos laberintos donde te metes, te pierdes y no se vuelve a saber de ti, el museo de cosas raras, el museo salvaje y como no, una noria). -¡Yo quiero subir en la noria!-.

Estareis pensando que la noria es posiblemente lo mas cutre de todas esas atracciones, pero es que la entrada a cada una rondaba los 25€ por persona, lo cual trás lo que nos quedaba de viaje no estabamos por la labor.

Terminado el paseo en la noria y habiendo parado a comprar embutidos, decidimos dar otra vuelta por la vega del Niagara y volver.

Cuentan las historias y los propios canadiensen lo afirman, de que el vino canadiense es uno de los mejores mundialmente hablando. Parece ser que antiguamente las viñas que tenian era muy malas, pero exportaron viñas europeas y debido a las condiciones climaticas en esa zona, consiguieron uno de los mejores vinos del momento. Por ello, toda la riviera del Niagara esta invadida de bodegas que producen su propio vino y que como no, aprovechandose del turismo realizan excursiones de catas de vino.

Tras una tarde muy agradable y ya caida la noche, decidimos volver y distrutar del "pedacho de yacuzzi de la muerte".

A la mañana siguiente tras un desayuno a cuenta del hotel, partiriamos a su casa, donde su familia nos estaba esperando.

Escrito por javi a las 12:17 p. m. - Ver comentarios

lunes, agosto 03, 2009
Recorriendo la frontera
El tiempo pasa deprisa y los días se van volando.
Una vez terminada la visita a Ottawa nos dirigiamos al último destino de nuestra ruta por Canadá (o al menos la primera parte), las Cataratas del Niagara.

Las Cataratas del Niagara se encuentran justamente en el lado opuesto del lago Ontario y existen dos maneras de llegar, o por el lado canadiense o por el lado americano, con la peculiaridad de que la diferencia en tiempo (ideal) es de tan solo 6 minutos, muy curioso.

Debido a que a partir del 2 de junio los canadienses necesitan de su pasaporte para cruzar la frontera, y los extranjeros tenemos que pagar 6 dolares, preferimos volver por el lado canadiense y dejarnos de historias.

El camino de vuelta suponían casi 6 horas, pero el único modo de llegar es atravesando Toronto por completo, lo cual estimamos unas 2 horas de atascos. En fin, el primer día lo ibamos a invertir casi totalmente en la carretera, con lo que mejor nos lo tomabamos con calma.

En América es muy típico el encontrarte carteles publicitarios cada 10km indicandote una gasolinera (si es autopista por supuesto), un McDonallds (o Burguer) y un Tim Hortons. ¿Que es un Tim Hortons?. Bueno para aquellos que no lo hayais escuchado, viene siendo una especie de Starbucks (cafeteria), pero muchisimo mas barato, con un cafe muchisimo peor (y ya es decir) pero eso si, con los donuts mas increibles que haya probado en mi vida.

Rellenos de chocolate, con crema, con fresa, arandanos, pistacho, nata, y otros 200 sabores de relleno y de rebozado, toda una gama de donuts de no saber por donde empezar. -¡Los quiero todos!-.
Con una cajita rellena de ellos (a modo de pelicula policiaca), salimos de la tienda y continuamos nuestro viaje.

Como habiamos estimado, cruzar Toronto nos supuso un atasco de tres pares de narices, con lo que no llegamos a Toronto hasta entrada la tarde-noche.

Una vez en el pueblo y camino a nuestro hotel, empezamos a cruzar barriadas y hostales de estos típicos donde matán a un montón de gente o los ladrones guardan al secuestrado, o sencillamente pasas la noche en una carretera.
-Esto... ¿como es el hotel que has reservado?-. -No tengo ni idea, pero espero que no sea asi-..

Pues por suerte no, el hotel resulto ser bastante majete y lo mejor de todo. -¡¡¡Con yacuzzi!!!-. El baño separaba de la habitación con una cristalera enorme desde la que podías ver el sol y ya que estabamos en un sitio muy alto, podias apreciar toda la vega del Niagara, una pasada.

Una vez pegados una ducha y ya entrada la noche, salimos a pasear por las cercanias de las cataratas (sin llegar a ellas), donde pudimos ver un espectáculo de fuegos artificales bajo un gran cielo estrellado, sentados en el cesped de un parque.

-Esto es vida-.

Escrito por javi a las 12:08 p. m. - Ver comentarios

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