La vida del estudiante cuando estas terminando la carrera es muy poco extresante... te pasas el día sin hacer mucho y los días pasan uno tras otro sin darte cuenta.

Como cada mañana antes de marcharme a hacer un poco de deporte, me siento frente a mi ordenador a comprobar nuevas noticias en el mundo, y como no, en mi mundo personal.

Por fin recibí noticia de mi universidad de intercambio. Las clases comenzarán en pleno invierno, mas exactamente el día 21 de enero.
Hoy me he levantado antes de que sonase el despertador ya que había perdido mi edredón en la típica batallita que te montas en algún sueño, y tenía la espalda helada... esto me ha hecho pensar: "¿Si aqui hace frio a estas alturas, y te parece frio... que pasará cuando llegues allí?".

En realidad me gusta el frio, pero no se si tanto y de golpe y porrazo, va a ser tan bueno.
Mis informadores que ya están allí, me comentan que el día que mas sol hace, andan entre los 4-10 grados.
Por un momento me he agarrado a las piernas y no he podido evitar el tambalearme sobre mi silla sabiendo lo que se me viene encima.

De momento ando buscando un buen alojamiento en el que tenga internet, para poder comunicarme con el exterior, y que no se situe muy lejos de la universidad.
La costumbre en dicho pais es de marcharse en bici cada mañana, ya que los autobuses son un poco caros. No quiero imaginarme a las 7 de la mañana, noche cerrada, mi bici bajo un montón de nieve, y yo en gayumbos en pleno salón-cocina-dormitorio pegado a la ventana, limpiando la neblina que aparece con mi respiración frente al cristal, pensando en como cojones voy a desenterrar la bicicleta... y después de haberlo logrado, ser capaz de subirme en ella y plantarme en la universidad como si nada.

Menos mal que en el fondo, todo es una experiencia en esta vida... y esa experiencia, posiblmente sea la que marque un antes y un despues.