jueves, abril 30, 2009
Hasta aquí podiamos llegar
-Crisis-. Parece que la gente no sabe hablar de otra cosa mas que de problemas.
No digo que haya que cerrar los ojos a ellos, pero tanto darle vueltas no creo que sea bueno y sinceramente... los culpables de la crisis somos nosotros mismos, ya que nos dejamos manejar por los medios sin darnos cuenta alguna.

-¿Cuanto tardarán en llenarse los médicos y hospitales de gente con la supuesta fiebre de la gripe del cerdo?-.

En fin... la gente sabe del pánico generalizado que se produce en las cadenas de televisión y como no... tratan de sacarle provecho, con lo que frases como... "te bajo el sueldo, horas extra gratis, esfuerzo y disponibilidad" están a la orden del día.

Pues no me viene el otro día mi jefe, a las 11 de la mañana de un viernes, que si no me quedo hasta las 18.00... -vamos no me jodas, que me han visto con cara de tonto-. Trabajo 40 horas semanales y me piden que eche horas extra (esfuerzo) porque debo de mostrar "disponibilidad". Están de cachondeo...

Parece que las amenazas llegan a la base de esta pirámide invertida y el gran jefe (anteriormente conocido como el "orco") se me presenta para convocarme a una reunión.

-Me han comentado que el viernes pasado no quisistes quedarte hasta las 18.00-.
Aja, bueno, yo ya trabaje mis 40 horas semanales. No tengo porque regalar mi tiempo.
-Entiendo... pero es que tienes que mostrar esfuerzo y disponibilidad-.
Claro que si, cada mañana hago el esfuerzo de levantarme pronto para no llegar tarde y estoy disponible en mis 8 horas de trabajo diarias.
-Habrá que buscar una solución-.

Pues la solución queda en "te sacamos del proyecto, o...". -Sensacional-.
Vivimos en un manicomio controlado por locos. -¿Qué será de nosotros?-.

En conclusión, cambio de trabajo, en mi oficina se quedan sin un tio cualificado para dar soporte a una aplicación de máxima prioridad que solo sabe llevar el, mi jefe se da cuenta del percal y se echa las manos a la cabeza y yo ¡me marcho de vacaciones en 4 semanas!.

¿Que cosas pasan en esta vida, eh?.

Escrito por javi a las 10:09 p. m. - Ver comentarios

miércoles, abril 01, 2009
La hora de la siesta
Andaba en la oficina mirando la pantalla, cuando me he dado cuenta de que ya había "consumido" media semana. -Joder, si que se ha pasado rápido-.

La semana me gusta dividirla en 5 etapas.
- El lunes, donde llegas con fuerzas después de un fin de semana a base de rascarte las milongas.
- El martes, que estás jodido, pero menos que el lunes pues lo peor ya se ha pasado.
- El miércoles... el peor sin duda... miras atrás y el fin de semana anterior lo recuerdas como tu primera comunión y el que viene como las vacaciones de verano.
- El jueves, -de ilusiones se vive-, ya queda menos para el viernes.
- El viernes, comienzas a acomodarte y practicas el manoseo de higo hasta las 2, con un poco de suerte sales antes y ya es fin de semana.

Hoy estaba en la oficina pensando en lo malo que es ser un miércoles... cuando se ha rumoreado que nos cambiaban de oficina.
-Joder, ahora que empezaba a conocer a los bedeles van y me cambian-. Y si si, no es lo peor de todo... nos cambian a la guarida del gran orco.

El gran orco, nombrado así por mi jefe, se trata de la mayor desgracia para la empresa y del encargado de que todo vaya mal. A ojos de un simple currito viene siendo el presidente del país cuando es del partido contrario al tuyo.

Allí estaba, recién comido y pensando en lo bien que se estaría en la cama, cuando no he podido evitar el imaginarme la situación...

Sentado en su gran trono en lo mas alto, rodeado de antorchas y ríos de lava manando de las paredes, el gran orco controlaba a sus engendros, vigilando impaciente el mas mínimo error para mandar a uno de sus subordinados con látigo a fustigarte por un mal trabajo. Cual esclavos atados con una cadena al tobillo y vestidos con un misero paño roido, mugrientos por la polvareda picamos las minas en búsqueda de piedras preciosas.

Recién comido y pensando en lo bien que estaría en la cama, me apoyo en una piedra al lado de mi compañero, el cual pica poco a poco, -clin... clin... clin...-, cuando el gran jefe orco advierte de nuestra insensatez y manda a nuestro jefe.

-tzfissss-, arrea un latigazo al pobre chico, el cual empieza a picar a toda leche, -clin, clin, clin, clin, clin, clin, clin-.

-¿Tio, estás ahí?-. Despierto con una sonrisa con la voz de mi compañero y me comenta que se nos han caído un par de colectores. -Joder-.
El que se te caigan un par de colectores puede suponer un problema de pelotas, con lo que antes de solucionarlo nos hemos puesto a reflexionar y como no... esto ha conllevado una imaginación conjunta de la situación.

-Tenemos que matarlos a todos-. Aparecemos por la puerta de Telefónica con una ametralladora gritando y disparando al aire -ta,ta,ta,ta,ta,!TODO EL MUNDO QUIETO¡-, donde tan solo se aprecia un pobre becario sentado en un terminal.
-¡Quítate chaval!-, de un empujón sale el crió disparado en su silla con ruedas por el pasillo.
El hombre de seguridad, de taitantos años, ve pasar al chico en su silla gritando -UEEEEEE- por el "hall" principal, sin darle la mayor importancia el verle acabar empotrado en uno de los ficus.


(CLIN).
-Mierda, otro marrón, nos escribe la del pollo-.
La del pollo: se trata de la mujer de Telefónica. Típica señora de buen ver, con sus apenas 50 años, que de algún modo fué escalando por una enredadera de rosas y acabó cobrando un sueldo medio resultante de la suma de 4 de nosotros, con ayudas sociales, seguro, tickets de comida, parking, vacaciones a tutiplen, un horario de 9.00 a 15.00 flexible, coeficiente intelectual de 2.5 y una sonrisa odiosa constante en su cara... ah, y a cuyo marido le llama "mi pollo".

-¿Que ha pasado esta vez?-.
-Ummm... un café y te lo cuento-.

Como de costumbre los cafés suelen ser largos... pero si coincide con la hora de la siesta... este puede durar eternamente.
De sabido es que si bajamos a la salita no volveremos a subir, con lo que nos acercamos a la cafetera y nos preparamos un -buen café-.
-¿Buen café?, esto sabe a muerto-.
-¿A caso has probado alguna vez como sabe un muerto?-

-¡He encontrado otra pepita!-, grita una de mis compañeras entusiasmadas al encontrar otro brillante mineral. Todos sabemos lo que esto conlleva... -¡ración doble!-, grita la mujer del comedor vestida a modo de Bilma Picapiedra con un hueso en la cabeza y removiendo una especie de estofado en un puchero giganteia -...a mi no... (se escucha una vocecilla proveniente del gigantesco cacharro)-

-Me puedo hacer una idea-.
-¿Y a todo esto... de que iba el marrón?-.
-Mañana te lo cuento, hora de irse a casa-.

-¡¡Yaba yaba duuuu!!-.

Escrito por javi a las 8:58 p. m. - Ver comentarios

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