martes, noviembre 25, 2008
Rutina
Como cada mañana y a lo largo de este mes, he podido comprobar en mis propias carnes lo que viene siendo trabajar, o digamos, un sucedaneo de trabajar. Hoy hace un mes que comencé con el curso previo de programación en JAVA.
Para los que no sepan que es el JAVA, es un lenguaje de programación que se utiliza prácticamente en todo lo programable y cuyo nombre proviene de un tipo de café logrado a base de excrementos de animales. Por lo tanto podríamos decir que el JAVA es una mierda, muy interesante, pero una mierda al fin y al cabo.

Tras un mes intensivo ya puedo decir que soy un profesional del JAVA, o al menos eso es lo que diría si supiera manejarlo de un modo u otro que no sea una excusa para no tener que trabajar.

Quizás se note en mi tono descriptivo las pocas ganas que tenía hoy de llegar a la oficina y encontrarme como cada mañana, que todos mis compañeros han llegado tarde.
Me levanto a las 7.00 y lo primero que hago antes de incorporarme y conectar el chip mental, es agudizar el oido para ver si esta lloviendo, -por dios que no llueva, por dios que no llueva-. ¡Bingo!, hoy esta lloviendo.
¿Que problema tengo con la lluvia?, pues muy sencillo... ni mas ni menos que un aparato creado por el hombre que en las manos erroneas se puede convertir en un arma letal, "el paraguas".

Analicemos paso a paso que es un paraguas: Lo que un niño pequeño vendría a decir en el típico programa del crio mas repelente, sería algo como... -es una cosa que se utiliza para no mojarte cuando llueve-. Bien... esta fue la teoría inicial y la idea de la que surgió este aparato, pero continuemos con el analisis a un mayor nivel.

Existen hasta cuatro tipos de paraguas:
- El paraguas clásico AKA pidum, que viene siendo un paraguas muy largo con una punta metálica larga y afilada, que tiene dos posibles utilidades, como pararayos en una gran tormenta (lo mas probable) o como "pidum", de ahí su nombre. Se puede apreciar su gran poderio en transportes públicos, donde los usuarios aparecen con el paraguas a modo de escudo espartano, cubriendo su frente y pinchando a todo ser que se ponga en medio. Leyendas dicen de un hombre que llego a enganchar cual pincho moruno a todo un comboy de niñas de los pajaritos marrones al cruzar un paso de cebra.

- El paraguas común AKA hoja de sierra, que como indica su nombre es uno de los mas vistos.
A veces combinados con el tipo 'a' y otras veces una especie de híbrido, este paraguas equipado con puntas en los laterales cobra mayor riesgo en las mujeres de mediana estatura y señoras mayores, que tienden a ponerselo a modo de sombrero impidiendo su visibilidad y curiosamente siempre apuntan al cuello o a los ojos de los transeuntes. ¡¡Mucho cuidado con estos especímenes!!, la forma de campana que hace el paraguas les impide escuchar, porque aun gritando o utilizando antorchas de señalización de un aeropuerto, nunca y repito, nunca, se detendrán.

- El paraguas internacional AKA de los chinos. Este último es peligroso tanto para el que lo lleva como para los que están a su alrededor. Es como una bomba de calcetin, nunca sabes cuando va a explotar.
Se les diferencia fácilmente porque tienen hasta 20 partes por las que se pliega, pudiendolo guardar a modo de arma de bolsillo en tu tobillera o en el cinturón, con tan solo pulsar un botón el aparato cobra vida y comienza a estirar todas sus ramificaciones hasta convertirse en un paraguas completo... pero ojo... una vez abierto no se te ocurra ni respirar, pues el mas mínimo suspiro producirá inestavilidad en cualquiera de sus varillas e intentará atacarte de un modo u otro, o salir disparado cual proyectil hacia cualquier persona que se te cruce en el camino.
Estos paraguas son fáciles de encontrar tirados en todas las esquinas de las principales ciudades.

- El paraguas verbena de feria AKA para niños. Es un tipo de paraguas un tanto peculiar y que viene siendo una mezcla de todos los anteriores. Peligrosos por si solos y con todo su poder mezclado, este paraguas se puede encontrar en manos de los niños y destacan por tener algun tipo de protuberancia a modo de ojos, orejas o incluso manos.
Son paraguas dificiles de encontrar, pero si ves alguno, corre, corre todo lo que puedas y nunca mires atrás... si no, será demasiado tarde.


Lo que un día de lluvia podría quedarse en eso, un día de lluvia, en una ciudad como Madrid donde tan solo en la capital habitan 7 millones de personas, te puedes encontrar en pleno punto caliente de una guerra sin verlo ni quererlo... y lo peor de todo, es que lleves el paraguas que lleves al final... siempre acabas empapado, magullado y muy posiblemente, sin paraguas.

Escrito por javi a las 9:03 a. m. - Ver comentarios

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