Cuanto tiempo habra pasado desde que dije aquellas palabras "mañana me apunto al gimnasio". Probablemente hayan pasado 8 o 9 años, pero por fin, ayer me desperte y no se si por la resaca proveniente del domingo o porque no tenia nada mejor que hacer, se me cruzaron los cables y me apunte.

Hace muchos años hice un amago de ir con un amigo, pero resulto que habia varios bares de tapas entre el gimnasio y nuestra casa, con lo que muchas de las tardes nos perdiamos en el camino. Pero esta vez lo tengo planeado... gimnasio al lado de casa, a las 9.30 abren y me voy con las marujas del barrio.

Ayer segun llegue me encontre con el primer problema...
-Para venir necesitas calzado adecuado-. En aquel momento mire al techo y mi cuerpo se translado a las ultimas fiestas de Torrejon... alli estaba tirado en mi cespecito, apestando a sidra pocha, con la cogorza del siglo y mis zapatillas sumergidas en un "pote" de barro, bebida y sustancias que prefiero no intentar reconocer.
-Si, tengo deportivas-, con voz de intentar convencerla.
-Esta bien, y tienes que traer ropa de deporte tambien-. Tras volver a mirar al techo y que la mujer me mirara por segunda vez con cara extraña, recorde aquellos momentos del "Uh la la la", cuando estaba en mi instituto con mi bigote frondoso de no haber visto una cuchilla en su vida y mi raya del pelo en el lado izquiero.
-Creo que sigue en el armario...-. Su mirada de incertidumbre y la gotita de sudor que comenzaba a caer por mi cara con sonrisa falsa, rompio con un -Ummm... vale, me traes dos fotos y el DNI-.

Tras haberme pasado la noche dando vueltas soñando con pesas (esto ya es obsesion), a eso de las 9 he abierto un ojo y me he preparado para la paliza.
Nada mas llegar y soltar la pasta, la mujer de la entrada que por cierto no parece ser propietaria de un gimnasio (1.50, unos 90 kg, canosa y con encias gigantes), me ha explicado las normas, metodos de pago y reglas del gimnasio. He descubierto que es cierto eso de que somos incapaces de atender mas de un minuto, con lo que tras escuchar -las llaves de las taquillas estan a la.. bla bla bla-, -aja... aja... aja...- y meterme por descuido en el vestuario de las mujeres... -¡que este es el de las mujeres!-, -¡hay, perdon!-, el monitor ha venido a rescatarme.

-Subete alli a la bici 10 minutos y luego vienes a verme-.
Alli estaba dando pedales como un cosaco, a 200 revoluciones por minuto, cuando viene la mujer del vestuario y la muy guarra me gira una rueda que habia en el volante y casi me jode las piernas -¡oh dios mio!, que duro esta esto por dios, su p... madre-. He decidido darme por vencido y tragar con la derrota, -la muy guarra-.

Despues de la bici, 40 abdominales, 5 minutos de cintura, 40 ejercicios de espalda, ya estaba imaginandome como el del anuncio de Nike, -en cualquier momento la echo-.
No por falta de ganas, si no por falta de fuerzas, me mete en otra maquina a que haga pecho. Alli estaba levantando mis 5 kilos, temblandome hasta el dedo meñique del pie y gritando como un cochinillo en un dia de matanza, cuando miro a mi derecha y llega un chico unas 200 veces mas grande que yo, y con dos pesas de por lo menos 2 seat 600. El tio las levanta como si de almohadas se trataran mientras me mira fijamente.
-Tio, mira para el otro lado, que me esta dando vergüenza, y se me va la fuerza por otro lado-. El tio que se parte el culo, se da la vuelta.

Cuando pense que ya no podia mas, el monitor me dice que por hoy es suficiente, y caminito para casa. Pense que vivia en un primero, cuando me di cuenta de que me habian cambiado a la planta 12, -cojones, han puesto escalones de mas-.

Nada mas abrir la puerta y ver el sofa entre nubes y mujeres desnudas con abanicos gigantes y bidones de cerveza, no dude en lanzarme en plancha, hasta que pasados unos minutos y recuperar el conocimiento, decidi que esto seria algo para recordar...