jueves, agosto 16, 2007
Londres, 2ª parte
El viernes amaneció lluvioso. La chinita había desaparecido cuando nos levantamos y la inglesa se encontraba sentada en el suelo rodeada de libros. Sorprendentemente llevaba todo un macuto militar cargado de libros. Quizás estaba haciendo algún tipo de peregrinación o era algún tipo de autocastigo por algo malo que hizo en el pasado... sencillamente nos despedimos de ella y nos plantamos en el pub donde tenia lugar el desayuno.

Aunque Inglaterra sea principalmente famoso por sus grandes desayunos, a nosotros solo nos dieron unas tostadas y una taza de cafe, con lo que como es costumbre en los sitios donde se tiene presente la palabra "gratis", aunque no tuvieramos hambre y el cafe estuviera tremendamente malo, no dudamos en tomarmos varias tazas y una docena de tostadas por cabeza.
-Hay que ver que bien comen estos españoles... (pensaria la chica de la barra)-.

La visita por Londres continuo por "Las joyas de la corona". Dicese de un antiguo fortín situado en el centro de Londres, donde actualmente se guardan los "trastos" viejos de la realeza inglesa. Aunque fuera tan sumamente atractiva su visita, decidí ahorrarme las 13 libras de entrada y la mitad del grupo, aún lloviendo, nos fuimos a dar una vuelta.

Pasamos por el puente de Londres y llegamos a una plaza donde había un "Starbucks". Recorde un episodio de los Simpsons donde Bart llega a un centro comercial y se encuentra con un cartel de "proximamente Starbucks", sigue al siguiente escaparate y es un "Starbucks" y cuando se da la vuelta todas las tiendas del supermercado eran "Starbucks". Por alguna extraña razón fuera de nuestro entendimiento, el peor café del mundo se hace en dicha cafeteria y esta se puede encontrar en todas partes en Londres. Eso sí, no puede faltar tu vaso de cartón con tapa de plastico que tapa la hirbiente "agua sucia", de tal modo que con el primer sorbo pierdes el sentido del gusto para el resto de tu vida.

Como es típico en Inglaterra, igual que puede estar cayendo los mil mares, puede parar de repente de llover y quedarse un cielo azul en cosa de un minuto.
Aprovechando nuestra racha de suerte, salimos a la calle a pasear por la orilla del río que cruza Londres (el Támesis). Las vistas eran increibles, merece mucho la pena.

Cuando nuestros amigos salieron de "las joyas de la corona", nuestra visita continuó por la gran noria y el parlamento (El Big Ben).
Lo que parece un paseo realmente no lo es, con lo que tuvimos que coger el metro. Cual es nuestra sorpresa... de que las tormentas que ocurrieron a lo largo de la noche-mañana, habian inundado la mayor parte de las vias de metro. Esto daría lugar a que gran parte de nuestro fin de semana se pasara atascado en las vias del tren.

Como nos fue imposible llegar hasta el mismo parlamento por los cortes, nos bajamos varias paradas atrás.
-La verdad... me lo imaginaba mas grande...-, -¿como?-.
El Big Ben visto en directo es bastante mas pequeño que como lo pintaban en la televisión, pero igualmente muy llamativo.
-!Me la pido¡-. Sin darnos cuenta, el sol mañanero se había convertido en nuestro momento y como también es tipico en ese pais, a la minima que hay sol se quitan la ropa. -!Vivan los paises del norte¡-.

Poco a poco, el hambre fue haciendo efecto en nosotros y decidimos parar a comer en un McDonalds (para variar). El día anterior nos arriesgamos a comer algo diferente y terminamos en un barrio gay de Londres en el cual había un Tailandes. El Tailandes (o chino) muy agradable, salió a recibirnos a la puerta y tras decir tres o cuatro palabras que no entendimos, nos convencio para quedarnos.
Se trataba de un buffet libre -genial-. Si bueno... genial hasta que vimos el menú:
- De primero, movida marron alargada, con movida verde y tropezones rojos.
- De segundo, movida marron circular, con movida alargada roja y tropezones verdes.
- De tercero, la misma movida del primero, con la segunda del segundo y piña (esto debia de ser el postre).
Despues de no comer a penas nada ya que todo estaba fuertemente condimentado, inflarnos a piña y de que nos soplaran mas dinero en la bebida que en comer, decidimos no volver a hacer experimentos.

Tras el McDonalds y con una paliza muy seria en el cuerpo, paseamos hasta el otro extremo de la ciudad donde estaba el Palacio Real, los jardines reales y un bonito paseo que llevaba hasta la plaza de Trafalgar. Realmente fue una visita que mercio la pena, ademas el tiempo acompaño y pudimos dar un paseo muy agradable.

A la noche decidimos salir de copas... en que momento...

Escrito por javi a las 9:54 p. m. - Ver comentarios

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