lunes, junio 25, 2007
Dinero de plastico
La mañana se presentaba como otra cualquiera.
El despertador acababa de sonar y la mujer de todas las mañanas me daba los buenos dias a su manera... "hoy... hace 156 años, en el pais de los machuquines..."
-A tomar por culo los machuquines- (apagaba de un golpe la radio y con un gruñido me levantaba de la cama).
Un dia mas... y soleado, -de miedo-.

Encendi mi emisora de radio (Deepinside), me plante el chandal, y mientras me ponia al dia respecto a los sucesos importantes del mundo -sacan la tercera temporada de Perdidos en octubre, ¡toma ya!- me bebia mi zumo matutino.

Nada mas llegar al gimnasio montones de caras nuevas me habian quitado mis máquinas.
Por un momento miré al techo y me transporte a los años 50, vistiendo un traje gris y encontrandome en el patio de una prisión.
-¿Que es este alboroto?-, le pregunte al calvo de los tatuajes. Con el clasico chistar de sus labios y una voz muy grave, pronunciaba entre dientes... -grr, pescado fresco...-.
Recordaba mi primer día en aquel lugar, y podia sentir lo que ellos estaban sintiendo... el mundo se les venia encima y aun no habia comenzado tal infierno.

-!Buenos dias¡-, la voz de una chiquita que viene conmigo al gimnasio me hacia salir de mis imaginaciones. -Vaya calor que hace hoy-, y sin mas se produjo el momento "anuncio de champu", con su piel sudorosa y brillante, meneaba la melena a camara lenta de un lado a otro mirandome fijamente.
A mi me resultaba mas interesante mi imagen en la carcel, con lo que mire para otro lado y segui con mis sueños.

Al salir del gimnasio el sol pegaba de lleno en la misma puerta y mi chandal de color negro de cuarto de primaria "algodon 120%" absorbia cada uno de los rayos.
-Ahhh, quema-. Eche a correr calle arriba dirección a mi casa cuando el destino volvia a actuar sobre mi.
-Joder-, un comboy en toda regla atascando los 25 escalones que llevan hasta mi portal, 3 ancianos de muy entrada edad, encorbados en forma de "P" y agarrandose a sus bastones, se tambaleaban peligrosamente escalón a escalón a la velocidad de un moco espeso resbalando por un cristal. Intente por un lado, intente por el otro... imposible...

A los 10 minutos después, con mis piernas como dos jamones serranos y mis orejas de color rojo, me di una ducha rápida y me vestí para volver al banco, esta vez a recoger mi tarjeta de credito.

Como no había tenido muy buenos comienzos en el banco, decidi empezar de cero, borrón y cuenta nueva.
Me aleje de la cola del peligro y me sente en un taburete que encontre, debido a que la mesa donde queria ir estaba ocupada.
Busque por la fila a la chica del dia anterior... pero la suerte no estaba conmigo.
Al rato llego un señor muy amable, el clasico hombrecillo que te da conversacion -pues genial-. Después de una conversacion respecto a "lo que estara haciendo el director del banco en este momento", la chica de la mesa me volvio a llamar como el dia anterior -este es mi momento-.
Alli estaba ella... mi primera tarjeta, brillante y reluciente encima de la mesa con mi nombre grabado... que momento...
-¿Quieres el pin?-, no, si quieres me la llevo y la uso para rascar el hielo en invierno, -si por favor-.

Sali del banco con la tarjeta en la mano alzandola, como si de un trofeo se tratase. Por fin ha llegado mi momento.

Escrito por javi a las 5:23 p. m. - Ver comentarios

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