martes, abril 11, 2006
Semana Santa 2006
-Marzo del 2003-

Aun recuerdo aquel día en un parque cuando sin pensarnoslo dos veces, mi amigo Saul y yo decidimos emprender el viaje mas loco jamás vivido. "Nos vamos a la playa".

Rebuscando entre los cojines y los bolsillos de los pantalones conseguimos reunir el suficiente dinero como para partir de Madrid con dirección Fuengirola. Sabiamos de sobra que con aquel dinero no llegaríamos a dos días, pero basandonos en la idea de que en semana santa hace calor en el sur, optamos por la idea de dormir varios días en la playa.

Partimos una mañana soleada. El petate, la mochila y unos sacos de dormir (por si acaso hacia frio) era todo nuestro equipaje. La primera noche que dormiriamos allí sería la del miercoles.

Nuestra cuartada consistia en la visita a casa de unos amigos en Marbella, los cuales realmente estaban alli, pero con la familia de su padre, con lo que no quedaban habitaciones libres. Como excusa e intentando abonar la primera noche, comentamos que teniamos tantas ganas de ir que iriamos un dia antes a un hostal, donde nos recogerian a la mañana siguiente, con lo que conseguimos que nos pagaran la primera noche de hostal.

Trás 5 horas de viaje e ir comprobando que el cielo cada vez se hacia mas negro, llegamos a la ciudad de Fuengirola.
Como dos novatos en una nueva ciudad, no nos paramos a pensar en lo lejos que podría estar el hostal que previamente habiamos reservado por teléfono. Tras una caminata de casi 45 minutos cargados con todos los trastos, encontramos el hostal.

-"Tio, que triunfada"-. Un hostal a 50 metros de la playa, con sus patios andaluces y televisión gratuita, todo lo que dos chavales con ganas de juerga podían desear.

Tras guardar las bolsas en el armario y lavarnos un poco, decidimos dar un paseo en busca del supermercado. En aquel momento nuestro presupuesto se basaba en unos 60€ por cabeza. Debido a que era nuestro primer día, decidimos no escatimar en gastos, con lo que tras comprar una sandía de 3kilos, varias cajas de cervezas, pizzas y todo tipo de guarrerias, se nos marcharon unos 35€.

Un paseo por la playa, un poco de cultura viendo las procesiones y preparados para el papeo. Un viaje de 5 horas puede llegar a cansar a cualquiera, con lo que aquella primera noche y después del paseo, decidimos no salir del hostal.

A la mañana siguiente... una pizza en un cajon, una torre de latas en medio del cuarto y una sandia en la bañera, nos dieron los buenos días. Un lavado de cara y de nuevo a la playa a desayunar. Allí nos encontrabamos sentados, con nuestros petates, sin hostal y comiendonos unas galletas y bebiendo un brick de leche a pachas.

Recontando el presupuesto, ya nos habiamos gastado mas de 40€ tan solo en cenar y el primer desayuno, con lo que nos quedaban 80 para el resto de la semana. -"Tio... tenemos que hacer recortes"-.

Partimos de Fuengirola a las 12 de la mañana con dirección a la playa donde quedariamos con nuestros amigos. En el autobus, mientras ibamos los dos riendonos por cualquier chorrada, una chica que se sentaba delante se dio la vuelta y nos pregunto que si eramos de Madrid. -"Si, somos de Madrid, ¿como lo has sabido?"-. A los que nos contesto... -"Porque tu amigo llega unas botas Salomon y tu llevas colonia"-.
Quizás la reacción de descojonarnos allí mismo no fuera la mas adecuada, para una "amiga" que hacemos y nos partimos de risa alli mismo, pero creo que era inevitable. Tras una charla de sitios que no frecuentar, nos comento que si no queriamos ser timados que hablaramos con acento andaluz a la hora de pedir alcohol en los bares. Dicho y hecho, nos plantamos nuestro acentazo y bajamos del autobús.

Aquella mañana soleada comenzo a nublarse por momentos, lo que parecia una bonita acampada en la playa, se comenzaba a convertir en un "donde cojones nos estamos metiendo".

La hora de la comida volvió a llegar, y en un mercadona que nos metimos. -"Aceitunas sin hueso 50 centimos, albondigas en lata 1.50, macarrones en lata 1.20, espaguetis con albondigas 1.40"-. Pues venga, asegurate de que tengan abre facil y nos las repartimos. Creo que jamas en mi vida me senti tan mal como en aquel momento.
Alli estabamos muertos de hambre, sentados en el banco de un parque completamente vacio, mirando las latas de comida puestas al sol. -"A mi me parece que esto no se calienta"-, -"que si, que si... tu espera otros 5 minutos"-.
Pasada una media hora y muertos de hambre, lo que aparentemente parecia comida de perro se convirtió en uno de los mejores platos. -"Que cabrones... solo vienen 39 aceitunas... te cambio una aceituna por un macarron", -"aqui decia macarrones con tomate, pero... ¿donde estan los macarrones?"-.

-Media hora despues-

-"tio... tengo hambre..."-, -"echate la siesta que asi se te pasa..."-, "tio, tengo frio... tapate con el abrigo que seguro que luego sale el sol...".

Creo que no volvimos a ver el sol en todo lo que quedaba de semana. A eso de las 6 de la tarde comenzo a chispear, y debido a que no teniamos donde pasar la noche empezamos a buscar un sitio calentito. La salida del aire de los frigorificos del mercadona venia caliente, pero no nos resulto muy saludable, con lo que decidimos montar un campamento improvisado en la playa con las tumbonas de un hotel.
Antes de nada compramos unas velas por cosa de 4€ y unos Aquarius.

-12 de la noche, comienza a chispear-

Bueno, mientras la casetilla de tumbonas no se venga abajo podemos continuar aqui. Cada uno con una vela en una mano deseando de que la lluvia parara.

-Se oye el ruido de un trueno y comienza a caernos la gota fria-

-"Joder!, corre, corre y busquemos madera para hacer una fogata"-.
Por suerte encontramos un cubo de pintura y unos tablones aun no muy humedos, cerca de la playa habia un puente de una carretera, el cual parecia un túnel por debajo. Allí estabamos con nuestro cubo en llamas, encendido con unas pastillas de gasolina (3€) echando un humo de colores un tanto sospechoso.
-"Pues tio, aqui se esta muy bien, quieras que no al menos estamos secos, con nuestro cubito, genial"-.

-Un estruendo se escucha a nuestro lado-

-"¿Que cojones ha sido eso?"-. Una riada de aguas fecales viene hacia nosotros como aguas torrenciales. -"¡Corre, corre!, ¡ya escucho las ratas!"-.
A las 2 de la mañana paseando por la playa, totalmente chorreando y buscando un sitio donde poder meternos, tras muchas muchas vueltas y comenzar a sentir frio de verdad, decidimos meternos en el ascensor de una urbanizacion.
Una vez dentro la unica esperanza que teniamos era la de que las velas nos calentaran. Se nos ocurrio la idea de calentar los aquarius con las velas, al fin y al cabo teniamos tiempo de sobra. Aquello no estaba del todo malo, era como un consome con sabor alimonado.

-8 de la mañana, tirado en el ascensor, alguien llama en la cuarta planta-

-"Se mueve!!, corre salgamos fuera!"-. La ultima opcion que nos quedaba era la de seguir andando hasta Fuengirola por la carretera, y gastarnos otros 40€ en el hostal, donde al menos podriamos terminar la aventura.
Cuando aparecimos en recepcion, el tio nos miraba con una cara de tristeza, que no se lo penso dos veces en darnos la habitacion... -"Hasta las 2 no damos habitaciones, pero hoy hare una excepcion"-.

Recuerdo el sentarnos en nuestras respectivas camas, mirar el reloj (las 10 y cuarto), encender la television y caer dormidos.
La siguiente vez que abri los ojos y mire el reloj era de dia todavia, con la diferencia de que el reloj marcaba las 9 y 30.
Habíamos pasado un dia entero durmiendo, sin a penas movernos para ir al baño.

El resto del viaje os lo podeis imaginar... lo que nos quedaba lo gastamos en los billetes de vuelta para Madrid y en pagar aquel dia en el hostal.


3 años después aun sigo recordando aquella peripecia... por una parte con la sensacion de que estabamos totalmente locos, pero aun asi, con muy buenos recuerdos.
¿Que me espera esta semana santa?, creo que esas cosas solo pasan una vez en la vida.

Escrito por javi a las 3:49 p. m. - Ver comentarios

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